por Pastranec » Mié Sep 15, 2010 10:01 pm
Hace mucho tiempo que cuando se habla de seguridad en Internet, o de cómo usar las redes sociales con responsabilidad y para qué (normalmente de gente que quiere más control y ve peligro en todo) vengo usando de una analogía que aclara muchas cosas sobre qué son, para qué sirven y cómo comportarse en la red.
Se trata de la analogía de la calle o de cómo vivir en sociedad. Los seres humanos somos muy buenos viviendo en sociedad, en sociedades complejas con distintos niveles de privacidad y publicidad, y de distintos tipos: la pareja, la familia en primer grado, la familia extendida, los amigos, los compañeros de trabajo, los conocidos, las personas que solemos ver, los completos desconocidos, y con cada uno de ellos sabemos cómo comportarnos, qué información dar en cada momento y cómo hacer pasar a las personas de un grupo a otro si nos interesa. La red, en realidad, es lo mismo pero más simple.
Lo primero que hay que entender es que la red es un medio de comunicación, y por lo tanto en cuanto te comunicas estás expuesto a que te «vean». Sería como salir a la calle.
Se puede salir a la calle, pasear mirar y no hablar con nadie, aunque la gente puede ver que estás en la calle, eso sería el nivel más elemental en Internet, navegar sin interactuar con nada. Los sitios donde entras verían tu IP pero nada más.
El segundo nivel sería el del correo electrónico, donde ya hablarías con gente, eso sí conocida, y generalmente de confianza; que puede ser familiar o laboral.
La página web y el blog personal vendría a ser como tu cara profesional. Aquí ya hay que dar más datos, por que todo el mundo quiere saber con quién está tratando.
Luego vendrían los foros y chat, que se asemejarían a las asociaciones, en las que lo que une a la gente que está ahí es un tema de interés común. En la red se suele usar un avatar, que poco a poco va definiendo la personalidad del que vierte las ideas, por lo que en realidad la cosa es más anónima que una asociación.
Por último están las redes sociales, que son de dos tipos: simétricas y asimétricas.
Las redes simétricas son las de tipo Facebook, Tuenti, MySpace, Linkedin, etc., en las que tú puedes seguirme a mí si yo puedo seguirte a ti. Digamos que nos relacionarnos entre amigos en un lugar en el que nos pueden ver todos. Sería como ir a una cafetería a hablar con los amigos y conocidos pero en la que todos los que están en la cafetería nos ven, y hasta puede que quieran ligar con nosotros.
Las redes asimétricas son las de tipo Twitter o Identi.ca en la que yo puedo seguirte a ti, aunque no quieras y sin necesidad de que tú me sigas a mí. Esto sería como salir a la plaza pública y comenzar a dar voces.
A sí que ¿para qué sirve Facebook? Pues para eso, para ir a la cafetería a hablar de las cosas que se habla en una cafetería, y conocer gente, y de donde pueden salir cositas que hacer, o para dar a conocer la última entrada de tu blog, o comentar la noticia que te ha sorprendido (esto más en Twitter).
Yo aquí hablo de ateísmo, pero ¿dónde voy si quiero hablar contra los ataques a la neutralidad de la red, o de la crisis del carbón, o de la destrucción de Lancia, y no quiero buscar un foro que a lo mejor no hay? Pues a Facebook, o a Twitter, donde lo que digo llega a mis amigos y conocidos.
De todas formas no me extraña que el tipo que escribió el artículo no entienda para qué sirve Facebook, si en 8 meses no hizo más que mirar. Lo divertido es relacionarse y hablar con la gente. Ir a una discoteca y quedarse en la barra mirando cómo se lo pasa el personal es aburridísimo, y terminas por no entender nada.
P.D.: Tampoco es obligatorio estar en todas partes. Estas cosas llevan su tiempo y a lo mejor o no se tiene o se prefiere usar en otras cosas.
Interroga mundum. Nulla vita sine scientia, nulla vita sine studium.
Carpe diem
Sapere aude