América Latina 1(?) Europa 0

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Shé
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Mientras a los europeos nos están metido goles a mansalva por detrás de la portería, rompiendo la red sin que el árbitro vea nada ni los declare nulos, en Latinoamérica parece que va tomando forma su respuesta organizativa pública al equilibrio financiero global.

No será fácil. No por el peso de los países bajo el yugo del adheridos al FMI, y que "están en contra", ya que peso, lo que se dice peso, los países ya no tienen ninguno: están vendidos al capital más salvaje y lo poco que queda público lame servilmente el culo a los banqueros a través de unos políticos que no merecen tal nombre. Lógicamente la dificultad vendrá del peso de los intereses privados en esta guerra mundial financiera que se está librando ante nuestros ojos, mientras en la prensa, radio y televisión siguen anunciando coches, ropa deportiva y yogures sanísimos como si no pasara nada.
América Latina lanza el Banco del Sur para plantar cara al FMI
Integrado por Bolivia, Venezuela, Argentina, Ecuador y Uruguay; la nueva entidad aspira a crear un fondo para fomentar el desarrollo económico de la región fortaleciendo la soberanía

DANIEL FERNÁNDEZ Madrid 29/06/2013 08:36 Actualizado: 29/06/2013 08:36
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Primer Consejo de Ministros del Banco del Sur, el 12 de junio de 2013 en la sede del Banco Central de Venezuela en Caracas. -EFE
América Latina continúa alimentando su proceso de integración regional al tiempo que construye una alternativa al sistema económico de corte neoliberal imperante en los países del Norte. El Banco del Sur, que celebró su primer Consejo de Ministros el pasado 12 de junio en Caracas, constituye el último paso de semejante empresa.

"El Banco del Sur es el resultado lógico en un continente que quiere romper con la dependencia del Fondo Monetario Internacional (FMI), responsable de los planes de ajuste desde los años 70 que condenaron a esos pueblos a la miseria", afirma el profesor de Ciencia Política, Juan Carlos Monedero.

Fundado en 2007 a iniciativa de los fallecidos Hugo Chávez y Néstor Kirchner, antiguos presidentes de las repúblicas de Venezuela y Argentina, el Banco espera completar un fondo de 20.000 millones de dólares, aunque sus accionistas hasta la fecha sólo han desembolsado 7.000 millones: Ecuador, Paraguay, Uruguay, Brasil, Bolivia, además de los dos países impulsores. Es decir, los integrantes del MERCOSUR más Ecuador. Según relata la profesora de Relaciones Internacionales de América Latina, Susanne Gratius, "Nicolás Maduro y Elías Jaua rescataron el proyecto para reafirmar el protagonismo de Venezuela en Sudamérica y particularmente en el MERCOSUR, cuya presidencia pro tempore asume Venezuela el 1 de julio".

Si Venezuela gana peso, Paraguay no para de perderlo, ya que fue el único de los seis Estados que no estuvo representado en la Primera Reunión Ministerial después de ser apartado de diversas instituciones continentales a raíz del golpe parlamentario contra el presidente Fernando Lugo en junio de 2012.


Impulsar el desarrollo
"La finalidad del Banco del Sur es la creación de un fondo para la financiación de obras estructurales que impulsen el desarrollo económico de Sudamérica", explica el profesor de Economía de América Latina, Omar de León, "sin tener que depender de las fuentes tradicionales que son los organismos multilaterales (el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo) y de los condicionamientos con que estas entidades suelen acompañar a sus créditos". "También permitiría cierta capacidad de planificación de las líneas estratégicas de desarrollo de los países, ya que haría posible acometer grandes proyectos sin tener que responder, desde el comienzo, a los intereses de las empresas transnacionales que participaran en los mismos", concluye el profesor León.

"La alternativa es lo que hemos visto en Venezuela, Bolivia y sobre todo Ecuador"
No obstante, las principales cualidades de la nueva institución "responden más a políticas simbólicas que a una política de transformación radical de la institucionalidad o de las relaciones de poder", como explica el profesor de Economía Política de la Universidad de Málaga, Alberto Montero. Esta postura viene apoyada por el también profesor de Ciencia Política, Pablo Iglesias, quien explica que "la creación del Banco del Sur es un paso más en la vinculación soberana de la región frente a Europa, donde el Banco Central Europeo (BCE) se ha convertido en un espacio de los lobbies alemanes, que ha impedido a los países tener autonomía en su política económica, carecer de política monetaria."

Un modelo enfrentado al FMI
La dirección política asumida por diferentes países de América Latina marca la diferencia respecto a la vía que ha adoptado el Viejo Continente, subyugada todavía a los parámetros dictados desde los organismos internacionales. "Las políticas impuestas por éstos, que en Europa se concretan en la troika están empobreciendo cada vez más a los ciudadanos", argumenta Iglesias. "La alternativa es lo que hemos visto en países como Venezuela, Bolivia y sobre todo Ecuador, que ha mejorado todos sus indicadores en los últimos tiempos recuperando la soberanía -lo contrario que se hace aquí-, reconquistando las funciones soberanas del Estado. Da la impresión de que en América Latina están reforzando las instituciones colectivas para empoderar más a los gobiernos, exactamente lo contrario que vemos en Europa".

"El FMI y el Banco Mundial funcionaron como los agentes de los acreedores durante el episodio de la deuda externa en América Latina" Como alega el profesor Montero, "el FMI y el Banco Mundial funcionaron como agentes de los acreedores durante el episodio de la deuda externa", en referencia a los ajustes estructurales que se concretaron en el Consenso de Washington de comienzos de la década de 1990. Se trata de "lo que está ocurriendo ahora en Europa, con las mismas políticas, los mismos actores y los mismos actos previsibles: se machaca a las poblaciones para pagar la deuda a los acreedores sustituyendo el pago de la deuda financiera por deuda social", concluye Montero.

"Superar los ajustes neoliberales del FMI era una exigencia para reinventar el continente", plantea Monedero. "Por eso ellos crecen y la Unión Europea se hunde. No estaría nada mal que España perteneciera al Banco del Sur, junto con Grecia y Portugal".

Estados Unidos, al acecho
No todo son grandes augurios en torno al Banco del Sur. "Existen múltiples intereses para que el proyecto fracase", advierte León, "el principal es la reorientación de Estados Unidos hacia la región después del fracaso definitivo, en 2005, del proyecto de construcción del ALCA". En consecuencia, Washington ha planteado una estrategia basada en "el acercamiento a los países de gobiernos liberales y el fortalecimiento de una alianza alternativa a MERCOSUR y UNASUR", explica el profesor de Economía de América Latina: "en los últimos dos años se avanzó rápidamente en la constitución de la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú, Chile y Costa Rica), países que tienen firmados tratados de libre comercio con Estados Unidos".

"El continente está en una posición geopolítica muy interesante: Brasil aspira a ocupar una posición de potencia regional en el continente y Estados Unidos vuelve a mirar a América Latina de forma evidente", plantea Alberto Montero, quien considera que "la articulación del eje del Pacífico refleja las tensiones entre Brasil y Estados Unidos, que desde ese eje del Pacífico trata de hacer saltar por los aires a Venezuela y ocupar la región".


"Estados Unidos trata de ocupar la región a través del eje del Pacífico"
La Alianza del Pacífico se torna un elemento clave para el futuro de las relaciones entre Estados Unidos y el subcontinente, a pesar de que pueda suponer un perjuicio para sus miembros latinoamericanos, ya que "significa la fosilización de sus estructuras económicas como exportadores de materias primas y, por tanto, importadores masivos de manufacturas", señala Omar de León. En consecuencia, "esta apuesta, casi sin retorno, favorece a los grandes intereses que dominan sus economías nacionales, pero condena a la mayoría de sus poblaciones al subdesarrollo".

Futuro incierto
A pesar de que el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, celebró el primer Consejo de Ministros afirmando que se trataba de "un acto histórico para la vida de América del Sur y de América Latina", lo cierto es que todavía "no se sabe cuándo empieza a funcionar" el Banco del Sur, explica Gratius. "Aunque ya se localizaron tres sedes (Caracas, La Paz y Buenos Aires), no se determinó cómo serán las aportaciones de los socios ni la operativa del banco", añade el profesor Omar de León.

"No estaría nada mal que España perteneciera al Banco del Sur, junto con Grecia y Portugal"
"Ya existen otras entidades en la región con funciones similares, entre otros el FOCEM o la CAF", explica Susanne Gratius, "es difícil pensar que Venezuela, ante los problemas políticos y económicos internos que afronta, asuma un gran compromiso financiero". Algo semejante ocurre a su juicio con Brasil, una potencia emergente que "se ha comprometido con otro proyecto que le interesa más: el Banco de Desarrollo de los BRICS", por lo que la única salida que la profesora ve viable es el empuje que sea capaz de mantener Argentina: "si no es ella que lo financia, de momento no veo que sea un proyecto con un gran futuro en la región".

Este pesimismo no tiene cabida para Pablo Iglesias, quien considera que "las medidas que están tomando los gobiernos populares latinoamericanos, sobre todo los que van en dirección de construir instrumentos de integración nacional están representando avances; por ello yo creo que sí les va a ir bien". Alberto Montero recoge el testigo y afirma que "la geopolítica permite la conformación de instituciones que hace unos años eran impensables y que hoy son viables porque hay recursos, hay voluntad y hay necesidad, incluso."

Aunque considera que "el Banco del Sur nunca va a poder llegar a los recursos monetarios del FMI", el profesor Montero concluye que "se trata de empezar a articular instituciones financieras que, desde la humildad y la modestia, sean una alternativa a las instituciones convencionales."
Público, 29 de junio 2013
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