Las 5 Vías de Tomás de Aquino

Ésta es la Sección General, un lugar público en donde los ateos, agnósticos y creyentes nos reunimos, hablamos sobre ateísmo, religiones, dioses y temas directamente relacionados, en plena libertad de opinión. Para tratar otros temas distintos, por favor acude a El Café Ateo.
Garabato
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Re: Las 5 Vías de Tomás de Aquino

Mensaje sin leer por Garabato »

Negar la demostración de la existencia de Dios es precisamente eso, negar que es una demostración. No existe tal cosa como una "buena demostración" o una "mala demostración". Eso es a lo que me refería anteriormente.

¿Y a que te refieres con explicar un fenomeno, si no es postular algo que lo cause? Pareces insinuar que afirmar que algo es incausado es irracional, tropezando así con el mismo error del argumento: asumir que todo tiene que tener por fuerza una explicación. Eso evidentemente solo conduce a una regresión infinita, detener el proceso en tu deidad favorita no tiene el menor sentido.

Tarde o temprano tenemos que llegar a un hecho 'bruto', es decir, un hecho que no requiere explicación. Podemos poner allí a Dios y decir que fué él quien creo al universo, o podemos decir que el universo es un hecho bruto por si mismo. Navajazo de Occam, pues.
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Charlie
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Re: Las 5 Vías de Tomás de Aquino

Mensaje sin leer por Charlie »

Si empezamos a refutar la segunda vía o de la causa eficiente con proposiciones físicas acabaremos cayendo en contradicción, puesto que por mucho que esos fenómenos que tu has nombrado no tengan ninguna causa física, dudo mucho que los investigadores sean tan pesimistas como para para ahí su investigación. Recuerda, causa física no es explicación, y si asumismos los hechos que tu has nombrado, estoy seguro de que los físicos ya estan al acecho de aquello que fundamente la incausalidad física.

Respondiendo a tu pregunta explicar un fenomeno sería postular aquellas razones por las que ocurre. En este caso por qué no hay una causa física para la aparición de pares partícula-antipartícula en el vacío. Por su puesto una explicación como esta nada tiene que ver con la causalidad física y menos con el universo. Si aceptamos las verdades de la física hemos de aceptarlas hasta sus últimas consecuencias.
-¿Alguna vez has cerrado los ojos y has deseado algo con todas tus fuerzas?
-Sí.
-Dios es el que te ignora.

Garabato
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Re: Las 5 Vías de Tomás de Aquino

Mensaje sin leer por Garabato »

dudo mucho que los investigadores sean tan pesimistas como para para ahí su investigación.


Eso no quiere decir que todo tenga una causa o una explicación. Que haya fenomenos aparentemente incausados no quiere decir que en la empresa científica se abandone el principio científico de búsqueda de causas (o explicaciones) hasta donde sea posible: hay que actuar 'como si' todo lo tuviera. Lo que no se puede asegurar es que todo tenga causa, explicación, pues no hay ningún argumento que lo haya mostrado.

Es que sigues suponiendo lo mismo de siempre, pero sin demostración,: que todo ha de tener una explicación y que decir que algo simplemente es incausado es irracional (lo cual, nunca ha sido probado). Y de ser así, Dios también habría tenido que ser explicado, y así ad infinitum. Intentar parar la cadena explicatoria en Dios no tiene el menor sentido, desde el punto de vista de la navaja de Occam.
Respondiendo a tu pregunta explicar un fenomeno sería postular aquellas razones por las que ocurre.
No he terminado de entender. Si señalo las razones por las que ocurre un fenomeno lo que estoy haciendo es señalar la causa del fenomeno. ¿Cual es la diferencia?
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Charlie
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Re: Las 5 Vías de Tomás de Aquino

Mensaje sin leer por Charlie »

Eso no quiere decir que todo tenga una causa o una explicación. Que haya fenomenos aparentemente incausados no quiere decir que en la empresa científica se abandone el principio científico de búsqueda de causas (o explicaciones) hasta donde sea posible: hay que actuar 'como si' todo lo tuviera. Lo que no se puede asegurar es que todo tenga causa, explicación, pues no hay ningún argumento que lo haya mostrado.
En los albores del saber científico eran igual de observadores que nosotros, advertían los fenómenos comunes y cuando llegaban al desconocimiento de las causas lo achacaban a Dios. ¿Pretendes decirme que la física cuántica ha culminado la búsqueda? Es posible que tuviéramos más facilidad de discusión si explicaras un poco esa teoría de la incausalidad, pero realmente no me convence, no es la primera vez que estamos ante un fenómeno incausado y el hecho de que los científicos pedantes y racionalistas en pleno siglo XXI no hallen su causa no quiere decir que puedan apelar a su incausalidad para justificar su falta de orientación, a menos claro, que esa incausalidad esté por completo demostrada gracias a una explicación. Entonces dejarán de ser pedantes, pero no racionalistas.
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Garabato
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Re: Las 5 Vías de Tomás de Aquino

Mensaje sin leer por Garabato »

Me temo que no te entiendo bien. ¿Que entiendes por explicación? ¿A que te refieres con "algo que fundamente la incausalidad"? (¿Hay algo que fundamenta la causalidad del mismo modo)? ¿Porque proponer que ciertos fenomenos carecen de causa física es irracional? ¿Acaso no es igual de irracional suponer que deben tener una cusa oculta que se le escapa a la ciencia?
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Charlie
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Re: Las 5 Vías de Tomás de Aquino

Mensaje sin leer por Charlie »

(¿Hay algo que fundamenta la causalidad del mismo modo)?
Muy interesante pregunta, e ideal para iniciar una respuesta para todas las demás. Realmente esta pregunta no es una especie de paralela a la otra que has formulado:
¿A que te refieres con "algo que fundamente la incausalidad"?
pues esta incausalidad es la de un hecho en concreto. La aparición en el vacío de pares partícula-antipartícula (afortunadamente ya no tengo que volver a las citas para recordar los términos exactos) es sólo un hecho más sin explicación dentro de todos los hechos inexplicados que han surgido a lo largo de la historia. Dudo mucho que la biología estuviese tan clara sin los descubrimientos de Darwin, o el alma, sin los trabajos de Freud. Seguro que antes de ellos no se esperaba alcanzar una verdad tan objetiva en terrenos como estos, ni siquiera una causalidad dentro de ellos, es más, se achacaban a Dios; y cualquier teísta con algo de picardía podría decirte mediante alguna especia de silogismo moderno que el hecho de que no se halle causa posible para la aparición de pares partícula-antipartícula en el vacío es una demostración más de la existencia de Dios. ¡El hecho de que no haya causa que demuestra tal fenómeno niega el argumento tomista, pero actualmente podría achacarse a la existencia de Dios! ¿Qué mejor razón para su existencia que la aparición inexplicable y repentina de un ente donde no hay ente? ¡Lo dice la biblia!

Con mi anterior mensaje únicamente quería demostrar todo esto. ¿O es que tan cercanos a la verdad absoluta nos encontramos ya que los científicos no pueden aceptar no hallar la causa de ciertos fenómenos que tienen que explicarlo mediante la incausalidad? Si no dan con la respuesta, paciencia. Ya aparecerá algún genio cuando sea necesario para dar una explicación a esa aparición mística.

Sí, ya se que tú seguirás diciendome que estoy enfrascado en la injustificada irracionalidad de lo incausado, pero no van exactamente por ahí los tiros, y aquí es donde volvemos a tu pregunta por el fundamento de la causalidad. ¿Qué sería necesario para fundamentar la causalidad? ¿Qué sería aquello que demostrara de manera totalmente la naturaleza veraz de las causas? ¿Tan poderosa es la razón humana como para discernir de manera totalmente cierta las causas de todo lo cumún? ¿o más bien no hay causas sino en el pensamiento, y todo lo demás es mundo sin discernir, realidad, pero irracional realidad, un desierto sin entes ni razones? Si aceptamos la causalidad como algo totalmente humano, sin realidad fuera de él, ¿por qué detenerse en cierto momento? El hombre tiene la suficiente capacidad como para objetivar los fenómenos inexplicados, sólo hace falta tiempo. Y si la aceptamos como algo real, cosa bastante difícil, ¿deberíamos también detenernos en cierto punto? ¿como sabemos que la explicación no está ahí esperandonos? En cualquier caso lo primero sería discernir si las causas son realidad o sólo pensamiento, y no creo que acabemos nunca...
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JuanCastro
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Re: Las 5 Vías de Tomás de Aquino

Mensaje sin leer por JuanCastro »

hola todas y todos, es la priemera ves que escribo. Estoy muy emocionado por ello, sobre todo de haber econtrado todo un mundo de ateo (los mios)
Mas se manifiesta mi emoción, cuando leyendo, (para conocer más el foro) y pensando como le diría que tan ateo soy, encuentro la parte donde se habla de reto que tenemos que enfrentar. y que creen? mi primer libro es un ensayo sobre el ateimos, estara publicado sólo en 20 dias más, Titulo: UNA CRUZADA POR LA HUMANIDAD. me alegró mucho saber que cuento con su apoyo par fundar un mundo laico.

ok. ya esta bueno para presentació, les diré que hay en el libro todo un capítulo (Cap. VI) que tra sobre la existencia de Dios, y su fudamento hecho por el señor Tomás de Aquino (hecho santo en nuestra fábrica terrenal de santería) donde contesto las 5 vias por el propuesta. pero otra ves , que contento me siento de estar aquí, espero que sea de su agrado y no me hechen por hablador.

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Reficul
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Re: Las 5 Vías de Tomás de Aquino

Mensaje sin leer por Reficul »

Bienvenido, Juan. Y mucho ánimo con ese libro que pronto verá la luz.

Pensaba poner aquí el enlace (http://www.universoateo.com.ar/) a una página que reune buenas refutaciones, pero por algún motivo está fuera de servicio (ignoro si temporal o defenitivamente). Afortunadamente en su día recopilé los escritos más interesantes en un sólo archivo que, por su extensión, pongo a disposición de todos los interesad@s vía e-mail.

Como muestra, os dejo la

Refutación de las cinco vías tomistas
Por LADISLAO VADAS

El teólogo católico Tomas de Aquino desarrolló en sus obras SUMA TEOLÓGICA y SUMA CONTRA LOS GENTILES una demostración de la existencia de dios, mediante cinco vías o pruebas. Estos razonamientos, basados en gran parte en la concepción aristotélica del mundo, constituyen sin dudas un gran esfuerzo por parte del filósofo para llegar a una certeza tan buscada a lo largo de los siglos, sobre la existencia del creador.
En esta sección, acudiendo a las revelaciones de la ciencia experimental moderna, Ladislao Vadas, versado en ciencias naturales, astronomía, cosmología, antropología, psicología, filosofía, teología, religión, cosmobiología, refuta una a una las vías para llegar a dios del Aquinante.

1. PRIMERA VIA: Prueba por el movimiento. Que dice:
a) Es evidente, nuestros sentidos lo atestiguan, que en este mundo algunas cosas se mueven.
b) Pero todo lo que se mueve es movido por otro.
c) Ahora bien, si lo que mueve a otro es a su vez movido, es necesario que lo mueva un tercero y a este, otro. Mas no se puede seguir indefinidamente, porque así no habría un primer motor, y por tanto no habría otros motores, puesto que los motores segundos solo mueven en la medida que son movidos por el primer motor, del mismo modo que el bastón no se mueve si no es manejado por la mano.
d) Por consiguiente, es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por nadie, y este es el que todos conocen por Dios.

Este argumento, tan convincente para la mentalidad de la Edad Media, hoy cae verticalmente por su base, ante la Ciencia Empírica. Hoy, la mecánica moderna reconoce la espontaneidad en el movimiento en los sistemas materiales, es decir la no causalidad y rechaza la máxima escolástica que dice: "Todo lo que se mueve es movido por otro".
Por otra parte, ¿De dónde dedujo Tomás de Aquino que la inmovilidad absoluta puede existir en el universo? Basta atribuir a la materia universal una naturaleza dinámica eterna para invalidar la hipótesis de un "Primer Motor". El cero absoluto (inmovilidad absoluta) no existe en ningún rincón del universo. El estatismo absoluto no es posible entonces, y todo es movimiento eterno. De lo único que pudo haber extraído ese teólogo la idea de la existencia de la inmovilidad absoluta, es de una engañosa visión del mundo de los objetos, y por consiguiente se equivocó garrafalmente.
Si se supone que una bola se halla inmóvil sobre la mesa, para que se mueva, necesita de un empuje, de algún "motor" que le comunique el movimiento. Pero resulta que ni la bola puede hallarse jamás inmóvil porque es arrastrada por los múltiples movimientos de la Tierra (rotación sobre si misma, nutación, traslación alrededor del Sol, desplazamiento en el espacio, arrastrada por ese astro, acompañamiento del movimiento galáctico, etc.), ni los átomos que la componen se hallan quietos. Nada hay inmóvil en este universo y si este es eterno (pulsátil o derivado de otros macrouniversos), también lo es su propio dinamismo.
Justamente, modernamente ya sabemos de acuerdo la teoría del Big Bang y del universo pulsátil, que es posible que el universo de galaxias, en virtud de la gravitación, y de la fuerza centrífuga, pudiera darse cuerda a si mismo, sin necesidad de primer motor alguno.
En consecuencia, las dos fuerzas que forman un ciclo, la de la eterna gravitación universal que condensa en forma centrípeta la materia de todas las galaxias, y la repulsión originada por dicha concentración, que expande la materia, explican satisfactoriamente el automatismo del universo y no hay cabida para la intervención de un dios omnipotente alguno.

2. SEGUNDA VIA: Prueba de las causas eficientes del ser. Que dice:
a) Comprobamos, al observar las cosas sensibles, que hay un orden entre las causas eficientes.
b) Pero, lo que no se da y que no es posible, es que una cosa sea la causa eficiente de si misma, la cual la supondría anterior a si misma, cosa imposible.
c) Ahora bien, no es posible tampoco, que nos remontemos hasta el infinito en las causas eficientes: pues, entre todas las causas eficientes en serie, la primera es causa de los intermediarios y los intermediarios son causa del último término , cualquiera que sea el número de los intermediarios, tanto si son muchos o solamente uno. Por otra parte, si suprimimos la causa, suprimimos también el efecto. Por lo tanto, si no hay primero en el orden de las causas eficientes, no habrá ni último ni intermediarios.
Ahora bien, remontarnos hasta el infinito en las causas eficientes sería suprimir la primera, por consiguiente, no habría ni efecto último, ni causa eficiente intermediaria, lo cual es evidentemente falso.
d) Por lo tanto, hay que suponer necesariamente una causa eficiente primera a la cual todos llaman Dios.

Este argumento que parece ser tan firme y seguro a simple vista, palidece ante la concepción de "causa y efecto" que se tiene hoy en día. En primer lugar, debemos abandonar la clásica idea de causa y efecto que requiere del pasado, presente y futuro. En segundo término es necesario formarse una noción de complejidad, concomitancia, continuidad y de influjo recíproco o relatividad en los acontecimientos tal como ocurren.
Lo primero significa que el pasado y el futuro, no existen, a no ser como retenciones mentales o cálculos de los sucesos respectivamente. Hay una constante proyección hacia el "futuro" en los acontecimientos, y lo que denominamos causas ya son al mismo tiempo efectos de modo que no hay ni causas ni efectos sino continuidad de acontecimientos.
Casi podríamos afirmar que no hay pasado, presente ni futuro, a pesar de tener la impresión psíquica de que hay un tiempo que avanza desde el presente hacia el futuro. No hay tal paso de algo exterior (tiempo) al espacio-tiempo como si el movimiento se realizara en un tiempo separado. En todo caso habría que hablar de un eterno presente.
Lo segundo significa que todo acaecer se halla enclavado en un entorno del cual recibe influencia. Cada una de nuestras células, cada molécula que la compone, cada átomo que subyace, cada quark, se hallan influenciados por el medio en que se encuentran inmersos y a su vez influencian en cierto modo al entorno.
Si amalgamamos todas las cosas, esto es la ausencia de causas y efecto con la complejidad, la continuidad y la relatividad o influencia mutua de los acontecimientos, solo nos queda un proceso universal que se basta a si mismo como "causa" de los hechos, aquel proceso de nuestro universo de galaxias con influencias locales, enclavado tal vez dentro de un macro universo que contiene tal vez sus procesos locales entre universos, mas allá de las galaxias. Si a esta idea añadimos el antedicho dinamismo universal, mal podemos hablar de una causa primera. Todo proceso se debe a distorsiones locales de un Macro universo que contiene al nuestro, en perenne acción y nuestro episodio del Big Bang, que es un breve chispazo en la eternidad, tiene por propia causa la complejidad de la naturaleza universal y su dinamismo.
En cuanto a las causas eficientes, estas no se ven en el universo donde todo procede por tanteos, donde hay accidentes, eliminación de procesos y transitoriedad de lo mínimo ordenado por azar. En la sección referida a las PRUEBAS ASTRÓNOMICAS DE LA NO EXISTENCIA DE DIOS puede leerse sobre la innecesaria concurrencia de alguna causa primera para explicar una supuesta serie de causas y efectos.
En cuanto al punto "b)", carece de fuerza por su ingenuidad y vacuidad desde que pone como ejemplo algo que no existe: "un objeto anterior a si mismo" y pierde de vista el hecho de tratarse en todos los casos de complejos procesos en marcha continua y no de cosas fijas o procesos fragmentados en lapsos temporales inexistentes. No existen objetos sino procesos, no hay cosas sino acontecimientos, incluso una piedra es un proceso, un acontecimiento atómico que sucede porque sus elementos químicos se encuentran en interacción entre sí y condicionados por el entorno. (Una adición de calor a un sólido lo puede transformar en gas).
Verdaderamente el argumento de la segunda vía consiste en una trampa mental. En definitiva, no hay causas ni efectos, sino transformación continua de lo subyacente, es decir de la materia universal, que forma lo que denominamos cosas (procesos) y como el universo se da cuerda a si mismo como lo demuestra la ciencia experimental (sacando de si mismo actividad renovada y elementos (física cuántica)), tampoco es necesaria ninguna causa primera.

3. TERCERA VIA: Prueba por la contingencia de los seres perecederos. Que dice, con ayuda de otros teólogos:
a) Entre las cosas encontramos unas que pueden ser o no ser, a saber los seres sujetos a la generación y a la corrupción.
b) Pero resulta imposible que todas estas cosas existan siempre, porque lo que es posible de no ser, alguna vez no es.
c) Entonces, si todas las cosas son posibles de no ser, alguna vez nada existió. Pero entonces tampoco ahora nada existiría, puesto que lo que no es solo empieza a ser por algo que es. Luego, si nada existió, fue imposible que algo comenzara a ser, y de esta manera no existiría nada, lo cual vemos que es falso.
d) Luego, no todos los seres son posibles, sino que debe existir algún ente necesario.
e) Pero todo ente necesario, o no posee causa de su necesidad o la tiene en otro ente.
f) Sin embargo, no es posible remontarse al infinito en la serie de los seres necesarios que tienen causa de su necesidad, asi como tampoco lo es cuando se trata de las causas eficientes, como se ha demostrado.
g) Luego, necesariamente debe existir algún ente necesario por si mismo, que no tenga causa de su necesidad, sino que de causa de necesidad a los otros necesarios, al cual todos llamamos Dios.

En primer lugar, para entender hoy en día este argumento, hay que saber a que llamaba "nada" Tomás de Aquino. Para este teólogo simplemente las cosas "son" o "no son" y punto. Hay algo o no hay nada, pero nada en absoluto. No hay procesos, es decir, no existe el átomo, los quarks, lo subyacente dinámico que interactúa en todo cuerpo, aquello permanente, la sustancia, materia universal que ora dibuja un pájaro, ora dibuja un árbol, ora un esqueleto, ora una montaña, ora una estrella. Para él hay pájaro o no hay nada, esqueleto o nada, árbol o nada...
Luego dice en el punto "a)" que las cosas son posibles de ser o no ser, e ignora que se trata de formas o estados de algo subyacente, la materia-energía o mas profundamente la sustancia universal.
Luego, según el punto "c)" cuyo argumento resulta verdaderamente infantil, ya entonces es posible la nada absoluta, y tampoco ahora existiría nada si no fuese porque un ser necesario por si mismo lo hubiese creado todo. Aquí se evidencia la falacia, es decir, el fundamento falso en que se apoya el sofisma. Si la nada no existe, e incluso el vacío es algo, mal podemos deducir que el universo surgió de la nada absoluta a partir de la voluntad de un ente creador todopoderoso y eterno.
Más bien adjuntemos tal eternidad a la propia naturaleza universal que permanece cuando se modifican las formas y obtendremos la no necesidad de un creador. O en otras palabras, basta de reemplazar al dios eterno por la sustancia universal dinámica eterna que se manifiesta multifacéticamente, para no tener necesidad ya de ningún creador y obtener así la solución del planteamiento tomista. Si no existen el pájaro, la montaña, el árbol, existen los quarks capaces de formar todo eso, y si no existe tampoco el quark capaz de formar átomos por ser quizás tan solo teórico, subsiste entonces la sustancia universal dinámica y eterna con capacidad de dibujar formas perentorias como el Big Bang o su partícula inicial, galaxias, estrellas, planetas, hombres, etc.

4. CUARTA VIA: Prueba por los grados de perfección. Que dice:
a) La cuarta vía procede de los grados de perfección que se observan en las cosas.
b) En efecto, vemos que las cosas son más o menos buenas, más o menos verdaderas, más o menos nobles, y así con atributos semejantes.
c) Ahora bien, el más y el menos se dicen de las cosas diversas según diversamente estas cosas se aproximen a algo que es máximamente; por ejemplo, se dirá que es mas caliente aquello que se acerca al máximo calor.
d) Hay pues, alguna cosa que es verísima, soberanamente buena, soberanamente noble, y por consiguiente también máxime ser.
e) Por otra parte, lo que se dice soberanamente tal, en un género cualquiera, es causa de todos los casos de este género, como el fuego caliente hasta el máximo, es causa de calor de todo lo demás.
f) Por tanto, hay alguna cosa que es para todos los seres causa de ser, de bondad y de toda perfección. Es lo que llamamos Dios.

El teólogo Tomás de Aquino, nos presenta aquí una especie de dios radiante, comparable con nuestro sol, cuyos rayos se debilitan con la distancia. Parte de la idea de las gradaciones del ser. Desde lo menos perfecto, lo mas burdo o abyecto hasta lo mas excelente. Esta idea no pinta otra cosa que un dios limitado, cuan foco eminente en cuanto a foco en si, pero que se debilita y desluce a lo largo de su creación radialmente cada vez menos perfecta.
Más grave aún es esto para la teología. Este dios ya no puede participar en un todo de su creación como pretende la propia teología, sino que su participación es gradualmente descendente, degradada. Aquí retornamos entonces a esas ideas del dios que intenta abrirse camino, que se debate en un entorno tumescente que no es él. Un ente que está tratando de dominar el caos sin lograrlo jamás plenamente, que lucha contra un medio viscoso que se le resiste. Esto y no otra cosa pueden significar los "grados de perfección" de la filosofía tomista. Si su dios está en todas partes íntimamente en todas las cosas (Ver sección de Atributos divinos), entonces vuelvo a reiterar, este que habitamos, debería ser el mejor de los mundos posibles desprovisto de todo ser abyecto.
Además ¿Para qué este dios iba a crear las cosas cada vez menos buenas en grado descendente? ¿Para resaltar él en todo caso como el mejor? ¿Lo lograría a pesar de deslucirse con una creación poco digna de su perfección absoluta? ¿Lo conseguiría añadiendo a su limitación como ente ya no todopoderoso otros defectos como la vanidad y ese apetito desordenado de ser preferido a otros, llamado soberbia? Creo que todo esto basta para anular de forma cortante la cuarta vía.

5. QUINTA VIA: Prueba por la finalidad, o por el orden en el mundo, o por el gobierno del mundo. Que dice:
a) Vemos que las cosas privadas de conocimiento como los cuerpos naturales, obran en vista de un fin, pues siempre, o las mas de las veces, obran del mismo modo para realizar lo mejor, de donde vemos que no es por casualidad, sino en virtud de una tendencia determinada, por lo que llegan al fin.
b) Ahora bien, lo que está privado de conocimiento no puede tender a un fin si no está dirigido por algún ser cognoscente e inteligente, como la flecha es dirigida por el arquero.
c) Por lo tanto hay un ser inteligente, por quien todas las cosas naturales son orientadas hacia su fin, y a este ser lo llamamos Dios.

Desde el vamos vemos que el punto "a)" no refleja la realidad porque se basa en una visión antigua, muy pobre de las cosas, porque hoy podemos preguntarnos que finalidad tuvieron millones de formas de vida extinguidas en la prehistoria, la caída de miles de aerolitos en la superficie de la luna y la Tierra, Marte o Mercurio, etc., las tempestades de Júpiter, la existencia de las lunas de Urano, o de las estrellas de cualquier galaxia, o cualquier evento de esas galaxias que depositarán su tenue influencia en la tierra cuando esta sea ya un páramo yermo desprovisto de vida.
Pero es el mecanismo de la evolución de las especies vivientes el que corta toda idea finalista de la quinta vía tomista. El fin de todo ser viviente es su supervivencia y todo termina ahí. El hombre tampoco escapa a esta finalidad. Todo el azar concluye en la posibilidad de sobrevivir. El azar, cual rayos convergentes desde el entorno semicósmico hacia la vida en la tierra solo posibilita la supervivencia por brevísimo lapso de tiempo que ocupa la vida en el universo, desde su nacimiento hasta su total extinción.
Las aleatorias mutaciones genéticas no obran hacia un fin porque el ciento por ciento de ellas constituyen eventos ciegos que por puro azar pueden suponer alguna ventaja para el mutante. El éxito es casual y constituye una excepción.
Sin embargo, el "evolucionismo" como posición filosófica (Spencer) repugna a la teología tomista que defiende la quinta vía, pero es evidente en nuestros días que la ciencia empírica hace caso omiso a las críticas hacia dicho sistema filosófico, porque se halla apartada de toda metafísica y habla de la evolución de las especies como un hecho demostrado y no como una teoría filosófica. Sin embargo, desde el ámbito filosófico, la rama de las ciencias naturales que investiga la evolución de la vida ha recibido andanadas tan ingenuas como la que sigue:
"En presencia de las mismas condiciones exteriores dos líneas evolutivas divergentes llegan a un idéntico resultado, mientras que dos líneas paralelas alcanzan resultados diferentes. La hipótesis del evolucionismo mecanicista nos llevaría a admitir, por ejemplo, que una misma causa exterior, la luz, produce, por reacción de dos fisicoquímicas diferentes, como las de un molusco o un vertebrado, dos órganos semejantes igualmente adaptados para la visión" (Según las ideas de Bergson).
Aquí uno se pregunta, ¿Y las mutaciones genéticas? ¿Acaso los filums no se relacionan por sus bases? ¿Acaso el esbozo de la visión no pudo haber estado ya codificado en una forma inferior que dio origen a los vertebrados y a los moluscos aunque los ojos de ambas formas sean considerados como órganos análogos?
Sabemos que embriológicamente, el ojo de los moluscos cefalópodos se desarrolla en la piel, mientras que el ojo de los vertebrados deriva del encéfalo (excepto el cristalino, que produce la piel), pero no nos olvidemos que tanto la piel como el encéfalo con esbozos de ojos se originan a partir del ectodermo. Luego en ambas formas de vida, moluscos y vertebrados, el ojo deriva del ectodermo embrionario.
Evidente es aquí la ignorancia del mecanismo evolutivo por parte de los finalistas lo que ha llevado a afirmar absurdamente que la luz por si sola "como causa" podría haber producido el órgano de la visión de un molusco y de un vertebrado. Se ignora el ADN, se ignoran las mutaciones genéticas que proceden por tanteos, se ignora el código genético que puede estar apuntado ya hacia ciertas manifestaciones como la visión en formas inferiores, se ignoran los fenómenos de convergencia, se ignora que un 99,9 por ciento de las formas vivientes aparecidas sobre la faz de nuestro planeta están extinguidas por causa de la inviabilidad y que la casi nada de éxitos se debe a circunstancias puramente azarosas. ¿Se adivina en todo esto algún dejo de causas finales?
Todas estas ignorancias hacen exclamar por ejemplo que: " La suprema sabiduría de Dios le ha hecho elegir las leyes de movimiento mas adaptadas y mas convenientes a las razones abstractas o metafísicas... Mas he encontrado que es preciso recurrir también a las causas finales y que estas leyes no dependen del principio de necesidad, como las verdades lógicas, aritméticas o geométricas, sino del principio de conveniencia es decir de la elección de la sabiduría de Dios para quienes pueden penetrarla." (Según Leibniz)
Este, aunque mal le pese a Leibniz, es un razonamiento anti-teológico a despecho de haber sido esgrimido a favor de la teología, porque si analizamos en profundidad hallamos la paradoja teológica de que ese dios "que elige las leyes más apropiadas", está fuera del marco de las posibilidades. En ese caso él no es "las posibilidades", sino que estas se hallan por encima de él, y las mejores, las mas perfectas lo uncen, lo compelen a elegirlas porque son las mejores. ¿Han pensado los teólogos sobre estas factibilidades que se colocan por encima de su dios? Según ellos nada puede estar por encima de su deidad. "Nada puede ser causa de la voluntad divina" (Tomas de Aquino, Suma contra los gentiles, Libro1, Cap LXXXVII).
En resumen, tan solo el hecho del mecanismo de la evolución ciego y azaroso suprime toda idea de finalidad en la naturaleza. En cuanto al planteamiento del punto "b)", que compara la "finalidad" de los seres desprovistos de conocimiento con la flecha que dirige el arquero, cede ante la visión inversa del mundo. Nada tiende a un fin, nada ha sido preparado para la vida por ejemplo, ni el planeta tierra, ni el sol, etc., sino por el contrario, la vida es una adaptación un ambiente determinado. La luz no vio la finalidad como tampoco el oxígeno atmosférico ni la abundancia de agua en la tierra. Son los seres quienes han encajado en estas condiciones que pudieron haber sido otras muy distintas.
Esta quinta vía tomista, entonces, a pesar de los esfuerzos anti-mecanicistas y anti-evolucionistas de posteriores pensadores, ingenuos defensores, cae de la misma forma que las cuatro anteriores ante un análisis fundado en la ciencia empírica, única posición esta, válida para el hombre enfrentado consigo mismo y con el entorno.
Construye un mundo laico y racional.

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