Cada día entiedo menos

Ésta es la Sección General, un lugar público en donde los ateos, agnósticos y creyentes nos reunimos, hablamos sobre ateísmo, religiones, dioses y temas directamente relacionados, en plena libertad de opinión. Para tratar otros temas distintos, por favor acude a El Café Ateo.
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Pastranec
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Cada día entiedo menos

Mensaje sin leer por Pastranec »

O no.

Cada día entiendo menos. Llevo mucho tiempo en este foro, y mucho más de ateo, y hasta ahora siempre me había encontrado entre los ateos con gente razonable, civilizada, democrática, con las ideas muy claras, más o menos activistas, comprometidos, ideológicamente bien armados y muy lejos del fanatismo y las caricaturas que los creyentes hacen de nosotros, es decir, gente normal. Pero en los últimos tiempos están entrando en este foro auténticos cafres, gente que dice ser atea pero que defiende la pena de muerte, el maltrato, la desigualdad con la mujer, la violencia contra los creyentes, gentes que parecen haber decido ser ateos y asumen acríticamente todos los clichés que los creyentes nos atribuyen, gentes que ponen sus prejuicios ideológicos por delante de la razón y de los hechos, sin hacer el más mínimo análisis de la realidad, sin ponderar en algo (aunque solo sea como principio metodológico) las razones que pueden mover a los otros.

No estoy diciendo que todos los ateos sean gente virtuosa, libre de toda sospecha frente a los creyentes, digo que los ateos somos gente normal, como la inmensa mayoría de las persona, y asumimos los principios que permiten a todo el mundo vivir en sociedad, con armonía y respeto de los demás. Por eso no entiendo a estos nuevos «ateos» que nos está tocando sufrir en el foro. A no ser que no sean ateos, si no creyentes troles que pretenden hacerse pasar por ateos y como no saben presumen que soltando barbaridades cuelan; y además se extrañan de las reacciones virulentas que provocan sus memeces.

De todas formas no estoy tan seguro de esto último, porque ya pasó algo parecido en el anarquismo. Hace no muchos años el anarquismo era una ideología de izquierda, anticapitalista y progresista, pero de repente salieron, no sé de dónde, los anarcocapitalistas, se extendieron como la pólvora, y ahora cuando alguien te dice que es anarquista no sabes defiende la ayuda mutua o el mutuo apaleamiento.

¡En fin! Que a lo mejor estamos triunfando, y con la extensión del ateísmo (inevitablemente) llegan los intolerantes, los prejuiciosos y los que solo saben de qué va esto de oídas.
Interroga mundum. Nulla vita sine scientia, nulla vita sine studium.
Carpe diem
Sapere aude

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bukowski
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Re: Cada día entiedo menos

Mensaje sin leer por bukowski »

Yo pienso que la mayor parte de ellos son trolls cristianos (con esa actitud provocadora se les nota a la legua) que intentan demostrar con razonamientos pueriles que no se puede tener moral sin tener religión, cuando lo que consiguen es demostrar lo absurdo que resulta una moral basada en dogmas (se ve que hay gente a la que le cuesta pensar por sí misma). ¿Acaso piensan que se necesita el miedo a un castigo divino para que la gente no vaya violando y asesinando por doquier? ¿A eso reducen la condición humana? Me dan nauseas.

Después hay un pequeño porcentaje que simplemente tienen ideas algo extremistas; como dicen cada uno es de su padre y de su madre. El ser ateo no implica tener ninguna ideología, y aunque la mayoría he visto que tienen un sentido crítico, siempre en cada foro hay de todo, y más cuando lo único que nos une es la no creencia en dioses (aunque muchas veces también nos une la curiosidad, el inconformismo, la búsqueda del conocimiento y otras muchas cosas).
Todo el mundo debería creer en algo... yo creo que me tomaré otra copa .

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Shé
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Re: Cada día entiedo menos

Mensaje sin leer por Shé »

Sí que llegan capullos, sí.

La gran mayoría son trolls. No deberíamos hablar con ellos. Si les ignoramos, se aburren y se van.

Pero no son tantos, yo diría que son los mismos dos o tres que entran con distintos alias.

Los otros, los que tienen la cabeza amueblada a medias o con mal gusto, puede que sean creyentes en misión divina, o puede que sean ateos. De todo hay por ahí, y, como dices, ser ateo no garantiza nada. El problema no es estar en desacuerdo, sino tener que aguantar su prepotencia y mala educación. Pero donde no hay mata, no hay patata. Por muy ateo que se sea.
Por un mundo más libre y con menos hipocresía, asóciate: https://iatea.org/asociarse.php

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Varguitas
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Re: Cada día entiedo menos

Mensaje sin leer por Varguitas »

Como dicen, lo más probable es que sean trolls, pero aún si no lo fueran, en el ateísmo también los hay en sus extremos, a veces puedes coincidir con ateos intolerantes que confunden la libertad con el libertinaje y no son capaces de dialogar por que recurren a muchos de los clásicos argumentos de la mayoría de los creyentes pero a la inversa, por ejemplo: Dios no existe por que no. Y así se dan este tipo de situaciones donde cada vez se muestran más cerrados de cabeza, y yo es que la verdad me pregunto como personas como estas son ateas, ya que toda persona racional que conozco que se haya hecho atea lo hizo por un profundo análisis de varios dogmas y corrientes filosóficas, en mi caso la lectura de varios libros incluidos. Me inclino a pensar que estar personas, la mayoría de las veces están resentidos con algún dios, que en este caso están resentidos consigo mismos por dejar el destino en manos de su amigo imaginario en vez de hacer algo por manos propias.

Saludos.
"Le pedí una bicicleta a Dios y no me la consiguió. Me dijeron que es que Dios no funciona así. De modo que lo que hice fue robar una bicicleta y luego pedirle que me perdonara." - Anónimo

mikij1

Re: Cada día entiedo menos

Mensaje sin leer por mikij1 »

"Pero en los últimos tiempos están entrando en este foro auténticos cafres, gente que dice ser atea pero que defiende la pena de muerte..." y que pasa? ser ateo es imcompatible con estar a favor de la pena de muerte?
Tanto molesta la gente que no opina como tu?
Ahora resulta que todos los que opinan diferente o "politicamente incorrecto" son considerados trolls.
Y que conste me he dado por aludido por el punto ese en cuestión de la pena de muerte.
Si molestan mis opiniones no escribo más pero entonces propongo que, directamente, se prohiba abrir hilos en los que una opinión sea considerada trollesca. Por ejemplo ese mismo hilo de "pena de muerte (si, no o por qué)? si el contestar si va a ofender a la peña y te van a considerar troll pues leñe! que cierren el hilo directamente y asi ya no hay problemas...
Lo mismo digo con el resto de hilos.

pablo80
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Re: Cada día entiedo menos

Mensaje sin leer por pablo80 »

Cada día entiedo menos
La respuesta -lo he señalado un par de veces antes- está en la moral cristiana, y los ateos -como cualquier colectivo- no son impermeables a ella. De la misma manera que cualquiera se dice "de centro" cuando está posicionado en la extrema derecha, es muy normal encontrar ateos con moral cristiana. No creen en un dios creador, pero respetan a rajatabla lo que la biblia dice respecto de los pobres, los esclavos, las mujeres, los homosexuales, la pena de muerte, el castigos a los niños, el sexo, etc., es decir, a estos "ateos" sólo les falta creer en dios e ir a misa para ser católicos perfectos porque la moralina bíblica les sale por los poros.

Al respecto, la introducción de Pepe Rodríguez en "Mentiras fundamentales de la Iglesia católica" sirve de plataforma para entender este fenómeno, mas corriente de lo que la gente cree:



Introito: "La verdad os hará libres" (Jn 8,32), la mentira, creyentes
(Fuente: © Rodríguez, P. (1997). Mentiras fundamentales de la Iglesia católica. Barcelona: © Ediciones B., Introito, pp. 7-19)

Es probable que el título de este libro, Mentiras fundamentales de la Iglesia católica, pueda parecerle inadecuado o exagerado a algún lector, pero si nos remitimos a la definición de la propia Iglesia católica cuando afirma que «la mentira es la ofensa más directa contra la verdad. Mentir es hablar u obrar contra la verdad para inducir a error al que tiene el derecho de conocerla. Lesionando la relación del hombre con la verdad y con el prójimo, la mentira ofende el vínculo fundamental del hombre y de su palabra con el Señor», veremos cuan ajustado está este título a los sorprendentes datos que iremos descubriendo a lo largo de este trabajo.

La Iglesia católica es una institución que conserva una notable influencia en nuestra sociedad -a pesar de que la mayoría de sus templos suelen estar muy vacíos y de que casi nadie, ni aún sus fieles, sigue las directrices oficiales en materia de moral- y sus actuaciones repercuten tanto entre los creyentes católicos, o de cualquier otra religión, como entre los ciudadanos manifiestamente ateos. Por esta razón, no sólo es lícito reflexionar sobre todo cuanto atañe a la Iglesia católica sino que, más aún, resulta obligado el tener que hacerlo. Tal como expresó el gran teólogo católico Schillebeeckx: «se debe tener el coraje de criticar porque la Iglesia tiene siempre necesidad de purificación y de reformas».

Lo que es, dice o hace la Iglesia católica, por tanto, nos incumbe en alguna medida a todos, ya que resulta imposible sustraerse a su influjo cultural tras casi dos milenios de predominio absoluto de su espíritu y sus dogmas en el proceso de conformación de mentes, costumbres, valores morales y hasta legislaciones.

Si nos paramos a pensar, nos daremos cuenta de que no sólo tenemos una estructura mental católica para ser creyentes sino que también la tenemos para ser ateos; para negar a Dios y la religión sólo podemos hacerlo desde aquella plataforma que nos lo hizo conocer, por eso un ateo de nuestro entorno cultural es, básicamente, un ateo católico. Nuestro vocabulario cotidiano, así como nuestro refranero, supura catolicismo por todas partes. La forma de juzgar lo correcto y lo incorrecto parte inevitablemente de postulados católicos. Los mecanismos básicos de nuestra culpabilidad existencial son un dramático fruto de la formación católica (heredera, en este aspecto, de la dinámica psicológica judeocristiana).

Nuestras vidas, tanto en el caso del más pío de los ciudadanos como en el del más ateo de los convecinos, está dominada por el catolicismo: el nombre que llevamos es, en la mayoría de las personas, el de un santo católico, el de una advocación de la Virgen, o el del mismo Jesús; nuestra vida está repleta de actos sociales que no son más que formas sacramentales católicas -bautismos, primeras comuniones, bodas, funerales, etc.-, a los que asistimos con normalidad aunque no seamos creyentes; las fiestas patronales de nuestros pueblos se celebran en honor de un santo católico o de la Virgen; nuestros puentes y descansos vacacionales preferidos -Navidad, Reyes, Semana Santa, San José, San Juan, el Pilar, la Inmaculada...- son conmemoraciones católicas; decenas de hospitales, instituciones o calles llevan nombres católicos; gran parte del arte arquitectónico, pictórico y escultórico de nuestro patrimonio cultural es católico; un elevadísimo porcentaje de centros educacionales, escolares y asistenciales -y sus profesionales- son católicos; el peso católico en los medios de comunicación es cada vez más notable (y encubierto); nuestro gobierno financia con una parte de nuestros impuestos a la Iglesia católica...

Lo queramos o no, estamos obligados a vivir dentro del catolicismo, y ello no es ni bueno ni malo, simplemente es. Está justificado, por tanto, que nos ocupemos en reflexionar sobre algo que tiene tanto peso en nuestras vidas. Pero ¿qué sabemos en realidad de la Iglesia católica y de sus dogmas religiosos? Parece que mucho o todo, puesto que abrigamos la sensación de tener una gran familiaridad con el catolicismo. Tan es así, que conocemos perfectamente, lo creamos o no, que María fue considerada Virgen desde siempre, que Jesús fue hijo único y que murió y resucitó a los tres días, que fue conocido como consubstancial con Dios desde su mismo nacimiento, que él fundó el cristianismo y la Iglesia católica e instituyó el sacerdocio, la misa y la eucaristía, que estableció que el Papa fuese el sucesor directo de Pedro... estamos seguros de que todo eso es así porque siempre nos lo han contado de esta forma, pero, sin embargo, cuando leemos directa y críticamente el Nuevo Testamento vemos, sin lugar a dudas, que ninguna de estas afirmaciones es cierta.

La primera vez que leí la Biblia, en septiembre de 1974, quedé muy sorprendido por las terribles contradicciones que la caracterizan, pero también por descubrir que el Jesús de los Evangelios no tenía apenas nada que ver con el que proclama la Iglesia católica. Veintidós años más tarde, en 1996, tras varias lecturas críticas de las Escrituras y apoyado en el bagaje intelectual que da el haber estudiado decenas de trabajos de expertos en Historia Antigua, religiones comparadas, mitología, antropología religiosa, exégesis bíblica, teología, arte, etc., mi nivel de sorpresa no sólo no ha disminuido sino que se ha acrecentado en progresión geométrica.

Cuantos más conocimientos he ido adquiriendo para poder analizar las Escrituras desde parámetros objetivos, más interesantes me han parecido (como documentos de un complejo y fundamental proceso histórico) pero, también, más patética me ha resultado la tremenda manipulación de las Escrituras y del mensaje de Jesús, realizada, con absoluta impunidad, durante siglos, por la Iglesia católica.

En este libro no se pretende descubrir nada nuevo, puesto que, desde finales del siglo XVIII hasta hoy, decenas de investigadores, todos ellos infinitamente más cualificados que este autor, han publicado trabajos científicos que han dinamitado sin compasión los documentos básicos del cristianismo. Los especialistas en exégesis bíblica y en lenguas antiguas han demostrado fuera de toda duda las manipulaciones y añadidos posteriores que trufan el Antiguo Testamento, el contexto histórico y la autoría reciente (s. VII a. C.) del Pentateuco -falsamente atribuido a Moisés (s. XIII a. C.)-, la inconsistencia de las “profecías”, la verdadera autoría de los Evangelios y la presencia de múltiples interpolaciones doctrinales en ellos, la cualidad de pseudoepigráficos de textos que se atribuyen falsamente a Pablo y otros en el Nuevo Testamento, etc. Y los historiadores han puesto en evidencia que buena parte de la historiografía católica es, simple y llanamente, mentira. De todas formas, dado que los trabajos citados no son del conocimiento del gran público, este texto contribuirá a divulgar parte de lo que la ciencia académica ya sabe desde hace años.

El breve análisis acerca de la Iglesia católica y algunos de sus dogmas, que se recoge en este trabajo, no fue pensado, en principio, para convertirse en un libro. En su origen no fue más que un proceso de reflexión, absolutamente privado, a través del cual este autor quiso profundizar en algunos aspectos doctrinales fundamentales de la Iglesia católica mediante su confrontación con las propias Escrituras en las que decían basarse.

Desde esta perspectiva, el texto no pretende ser ni una obra acabada ni definitiva de nada, aunque sí es el fruto del trabajo de muchos meses de investigación, de cientos de horas ante el ordenador, rodeado de montañas de libros, intentando asegurar cada palabra escrita en las bases más sólidas y creíbles que he podido encontrar.

No es tampoco un libro que pretenda convencer a nadie de nada, creo que el lector tiene el derecho y la obligación de cuestionar todo aquello que lee, por eso se facilita una abundante bibliografía y se indica, en notas a pie de página, las referencias documentales que cualquiera puede analizar por sí mismo para extraer sus propias conclusiones.

En cualquier caso, la fuente principal a la que hemos recurrido para fundamentar lo que afirmamos es la Biblia; y para evitar que se nos acuse de basarnos en versículos arreglados, hemos usado una Biblia católica, concretamente la versión de Nácar‑Colunga, que es la más recomendada entre los católicos españoles y, también, la que contiene más manipulaciones sobre los textos originales con la intención de favorecer la doctrina católica; pero aún así, la lectura crítica de la Biblia de Nácar‑Colunga sigue siendo demoledora para la Iglesia católica y sus dogmas. De todas formas, aconsejamos sinceramente que todo lector de este trabajo, sea católico o no, tenga una Biblia a mano para consultarla siempre que precise guiarse por su propio criterio[ii].

Uno no puede dejar de sorprenderse cuando se hace consciente de que los católicos, así como una buena parte de sus sacerdotes, no conocen la Biblia. A diferencia del resto de religiones cristianas, la Iglesia católica no sólo no patrocina la lectura directa de las Escrituras sino que la dificulta. Si miramos hacia atrás en la historia, veremos que la Iglesia sólo hace dos siglos que levantó su prohibición, impuesta bajo pena de prisión perpetua, de traducir la Biblia a cualquier lengua vulgar. Hasta la traducción al alemán hecha por Lutero en el siglo XVI, desafiando a la Iglesia, sólo los poquísimos que sabían griego y latín podían acceder directamente a los textos bíblicos. La Iglesia católica española no ordenó una traducción castellana de la Biblia hasta la última década del siglo XVIII. Pero hoy, como en los últimos dos mil años, la práctica totalidad de la masa de creyentes católicos aún no ha leído directamente las Escrituras.

A pesar de que, actualmente, la Biblia está al alcance de cualquiera, la Iglesia católica sigue formando a su grey mediante el Catecismo y lo que llama Historia Sagrada, que son textos tan maquillados que apenas tienen nada que ver con la realidad que pretenden resumir. Se intenta evitar la lectura directa de la Biblia -o, en el mejor de los casos, se tergiversan sus textos añadiéndoles decenas de anotaciones peculiares, como en la Nácar‑Colunga- por una razón muy simple: ¡lo que la Iglesia católica sostiene, en lo fundamental, tiene poco o nada que ver con lo que aparece escrito en la Biblia!

El máximo enemigo de los dogmas católicos reside en las propias Escrituras, ya que éstas los refutan a simple vista. Por eso en la Iglesia católica se impuso, desde antiguo, que la Tradición -eso es aquello que siempre han creído quienes han dirigido la institución-, tenga un rango igual (que en la práctica es superior) al de las Escrituras, que se supone son la palabra de Dios. Con esta argucia, la Iglesia católica niega todo aquello que la contradice desde las Escrituras afirmando que “no es de Tradición”. Así, por ejemplo, los Evangelios documentan claramente la existencia de hermanos carnales de Jesús, hijos también de María, pero como la Iglesia no tiene la tradición de creer en ellos, transformó el sentido de los textos neotestamentarios en que aparecen y sigue proclamando la virginidad perpetua de la madre y la unicidad del hijo.

De igual modo, por poner otro ejemplo, la Iglesia católica sostiene con empecinamiento el significado erróneo, y a menudo lesivo para los derechos del clero y/o los fieles, de versículos mal traducidos -errados ya desde la Vulgata de San Jerónimo (siglo IV d. C.)- aduciendo que su tradición siempre los ha interpretado de la misma manera (equivocada, obviamente, aunque muy rentable para los intereses de la Iglesia).

Para dar cuerpo a la reflexión y a la estructura demostrativa de este libro nos hemos asomado sobre dos plataformas complementarias: la primera se basa en los datos históricos y el análisis de textos, realizado por expertos, que indica que el contenido de los documentos bíblicos obedece siempre a necesidades político-sociales y religiosas concretas de la época en que aparecieron; que fueron escritos, en tiempos casi siempre identificados, por sujetos con intereses claramente relacionados con el contenido de sus textos (tratándose a menudo de personas y épocas diferentes de las que son de fe); que fueron el resultado de múltiples reelaboraciones, añadidos, mutilaciones y falsificaciones en el decurso de los siglos;... es decir, que, desde nuestro punto de vista, no hay la más mínima posibilidad de que Dios -cualquier dios que pueda existir- tuviese algo que ver con la redacción de las Escrituras.

La segunda plataforma, en la que damos un voluntario salto al vacío de la fe, parte de la aceptación de la hipótesis creyente de que las Escrituras son «la palabra inspirada de Dios»; pero, analizando desde dentro de este contexto, las conclusiones son aún más graves puesto que si la Biblia es la palabra divina, tal como afirman los creyentes, resulta obvio que la Iglesia católica, al falsearla y contradecirla, está traicionando directamente tanto la voluntad del Dios Padre como la del Dios Hijo -a quienes dice seguir fielmente-, al tiempo que mantiene un engaño monumental que pervierte y desvía la fe y las obras de sus fieles.

Valga decir que éste no es ningún libro de fe o catecismo -tampoco es un anti-catecismo-, sino un trabajo de recopilación y análisis de datos objetivos que sugiere una serie de conclusiones -que son discutibles, como cualquier otro resultado de un proceso de raciocinio-, pero, a medida que se vaya profundizando en este texto, será el propio lector, ya sea posicionado en una óptica creyente, agnóstica o atea, quien podrá -y deberá- ir sacando sus propias consecuencias acerca de cada uno de los aspectos tratados.

En esta obra no se aspira más que a reflexionar críticamente sobre algunos elementos fundamentales de la institución social más influyente de la historia -y tenemos para ello la misma legitimidad y derecho, al menos, que el esgrimido por la Iglesia católica para entrometerse y lanzar censuras sobre ámbitos personales y sociales que no son de su incumbencia y que exceden con mucho su función específica de «pastores de almas»-. No es, por tanto, un libro que pretenda atacar a la Iglesia católica o a la religión en general[iii], aunque será inevitable que algunos lo interpreten así; quizá porque su ignorancia y fanatismo doctrinal les impide darse cuenta de que, en todo caso, son las propias religiones, con su comportamiento público, quienes van perdiendo su credibilidad hasta llegar a cotas más o menos importantes de autodestrucción.

Ningún libro puede dañar a una religión, aunque sí sea habitual que las religiones dañen a los autores de libros. A este respecto son bien conocidos los casos de la fanática persecución religiosa de autores como Salman Rushdi o Taslima Nasrin por el fundamentalismo islámico chiíta, pero la Iglesia católica, actuando de una forma más sutil, no se queda atrás ¡ni mucho menos! en la persecución de los escritores que publican aquello que no le place o pone al descubierto sus miserias. Son muchísimos los casos de escritores contemporáneos que han sufrido represalias por enfrentarse a la Iglesia, pero baste recordar como el papa Wojtyla ha amordazado a los teólogos díscolos mediante la imposición del silencio, la expulsión de sus cátedras o la encíclica Veritatis splendor; o los sonados casos de los escritores Roger Peyrefitte y Nikos Karantzakis, perseguidos con saña por el poderoso aparato vaticano por poner en evidencia la hipocresía de la Iglesia católica.

La experiencia de este autor después de publicar La vida sexual del clero, un best-seller que ha ocupado los primeros puestos de ventas en España y Portugal, confirma también que la libertad de expresión no es una virtud con la que comulga la Iglesia católica. Cuando el libro aún no se había acabado de distribuir, desde la jerarquía eclesiástica se llamó a periodistas de todos los medios de comunicación, “exigiendo”, “aconsejando” o “solicitando” -según la mayor o menor fuerza que tuviese el clero en cada medio y/o en función de la militancia o no en el Opus Dei del periodista abordado- que se guardara silencio sobre la aparición del libro, una consigna que cumplieron fielmente buena parte de los periódicos y programas de radio de gran audiencia, así como, obviamente, todos los medios conservadores de talante clerical.

Afortunadamente, el boca a boca de la calle pudo compensar en parte el silencio de muchos medios de comunicación y miles de españoles acudieron a las librerías a reservar su ejemplar, esperando pacientemente que las sucesivas reediciones del libro salieran de la imprenta. Un dato curioso es que las librerías religiosas, que habían sido marginadas en la primera fase de distribución del libro, pronto comenzaron a llamar a la editorial solicitando ejemplares ¡no en balde los sacerdotes han sido grandes lectores de La vida sexual del clero! De todos modos, bastantes librerías fueron coaccionadas a quitar el libro de sus aparadores y, en la España profunda, algunas otras recibieron amenazas de agresión por parte de vándalos clericales. Vaya desde aquí mi profundo agradecimiento a todos, lectores y libreros.

Dado que la investigación de ese libro está sólidamente documentada y viene apadrinada por un prólogo multidisciplinar firmado por cuatro prestigiosas figuras[iv], la ofensiva clerical tomó forma mafiosa, atacando sin dar la cara jamás, intentando -y en algún caso logrando- perjudicar mis actividades profesionales ajenas a la faceta de escritor, coaccionando a sacerdotes que habían colaborado en el libro, rescindiendo el contrato de profesor de un brillante teólogo católico y sacerdote por el mero hecho de haberme asesorado desde su especialidad[v], haciendo publicar supuestas “críticas” del libro que no eran sino meros insultos histéricos que pretendían descalificar globalmente el trabajo sin aportar ni una sola evidencia en contra[vi], vociferando desde el púlpito de las iglesias que leer ese libro era pecado mortal, aduciendo que este autor tenía prohibida su entrada en las iglesias[vii], vetando al autor en cualquier programa de televisión en que participase un obispo,...

Sin embargo, como muestra de un talante absolutamente contrario al de los prelados españoles, cabe mencionar, por ejemplo, el caso de Januàrio Turgau Ferreira, obispo de Lisboa y portavoz de la Conferencia Episcopal portuguesa, que no sólo accedió gustoso al debate cuando se publicó A vida sexual do clero, sino que defendió que el libro no suponía ninguna ofensa o ataque a la Iglesia, que al leerlo se tiene «la sensación de abrir los ojos», que la crítica debía ser siempre aceptada para cambiar lo que está mal y que hay que «repensar el celibato desde el fondo del libro de Pepe Rodríguez»[viii].

Este mismo criterio había sido defendido anteriormente desde revistas del clero católico como Tiempo de Hablar (62) o Fraternizar (90); la primera de ellas finalizó su larga y favorable reseña afirmando: «Se ha dicho de este libro que el agnosticismo del autor falsea la realidad. ¿No ocurrirá lo mismo que en la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén cuando los fariseos le pedían a Jesús que mandara callar al pueblo? Ya conocemos la respuesta de Jesús: “Os digo que si estos callan gritarán las piedras”. Este libro es un grito de las piedras ya que los amigos de Jesús nos estamos callando» (pp. 38-39).

El largo rosario de hechos vergonzosos y coacciones a la libertad de expresión perpetrados por el poder clerical español ha tenido una de sus últimas apariciones estelares en el cese fulminante, como director de la tertulia Las cosas como son (RNE), del conocido periodista radiofónico Pedro Méyer, acusado de «una falta grave de respeto a una religión, en este caso la católica»[ix] por un programa que trató con rigor algunas cuestiones sobre el Papa, el Opus Dei y el celibato sacerdotal. A la jerarquía católica lo que le molesta realmente es que las cosas se digan tal como son. Hoy aún abundan los obispos que añoran las hogueras de la Santa Inquisición.

Muchos amigos, periodistas, políticos y miembros de otras profesiones “generalmente bien informadas”, me han advertido del riesgo que corro publicando este libro. «Ándate con muchísimo cuidado -me aconsejó un querido amigo, conocido político conservador y católico practicante-, no olvides que la Iglesia tiene una experiencia de dos mil años en el arte de hacer maldades impunemente». Soy muy consciente del elevado precio personal que voy a tener que pagar, durante el resto de mi vida, por publicar este trabajo y también de que su aparición será ahogada rápidamente por el silencio cómplice de la mayoría de los medios de comunicación, pero cuando uno ha pasado toda su vida luchando en favor de la libertad, no se puede ni se debe cambiar de rumbo.

Salvo que el peso clerical que tiene el actual gobierno conservador español decida variar el contenido del artículo 20 de nuestra Constitución, seguiré pensando que cada ciudadano tiene el derecho «a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción». Este derecho no existe en el seno de la Iglesia católica -léase la Veritatis splendor, por ejemplo- y su influyente autoritarismo pretende eliminarlo también del resto de la sociedad.

No tengo, ni mucho menos, vocación de mártir, pero jamás he actuado con cobardía. Este libro no es más que la reflexión personal de este autor y, como tal, un ejercicio del legítimo derecho a la opinión y a la crítica que, sin duda alguna, conlleva también, necesariamente, el derecho ajeno a la contracrítica -cosa que yo siempre he agradecido y estimulado públicamente-, aunque no a la persecución mafiosa, de la que, por cierto, siempre me he sabido defender atacando con igual intensidad a la de la agresión recibida. Yo no sé poner la otra mejilla, lo siento.

A fin de cuentas, en este libro no he hecho otra cosa que seguir lo que se recomienda en los Hechos de los Apóstoles: «Y llamándolos, les intimaron no hablar absolutamente ni enseñar en el nombre de Jesús. Pero Pedro y Juan respondieron y dijéronles: “Juzgad por vosotros mismos si es justo ante Dios que os obedezcamos a vosotros más que a El; porque nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído”. Pero ellos les despidieron con amenazas» (Act 4,18-21). En este libro nos hemos limitado a comprobar directamente que fue aquello que se dejó escrito en la Biblia, en qué circunstancias se dijo y cómo se ha pervertido con el paso de los siglos. Nos limitamos a decir «lo que hemos visto y oído», como hicieron Pedro y Juan, aunque también como a ellos los «sacerdotes y saduceos» nos amenacen.

El propio Jesús, según Jn 8,32, dijo que «la verdad os hará libres» y las páginas siguientes son una excursión en busca de las verdades que hay más allá de los dogmas. Quizá la verdad no exista en ninguna parte, puesto que todo es muy relativo, pero en el propio proceso racional de buscarla alcanzamos cotas de libertad que nos alejan de la servidumbre a la que la mentira y la hipocresía intentan someternos en su intrínseco esfuerzo por moldearnos como creyentes acríticos.



Cfr. Santa Sede (1992). Catecismo de la Iglesia Católica. Madrid: Asociación de Editores del Catecismo, párrafo 2483, p. 540.

[ii] Aunque hay mejores y peores traducciones de los textos bíblicos, cualquier Biblia es apta para ser consultada. La mejor traducción castellana actual es la Nueva Biblia Española, y suelen ser también muy correctas las ediciones protestantes basadas en revisiones actualizadas de la traducción de Valera.

[iii] Desde muchos medios de comunicación he defendido siempre que en el curriculum escolar debería figurar como materia obligatoria -no optativa- la religión, mejor dicho, la asignatura de historia de las religiones. Creo que nadie puede comprender suficientemente al ser humano y a la sociedad que ha conformado si no conoce las raíces del hecho religioso, su evolución desde la prehistoria hasta hoy a través de mitos, ritos y creencias muy diferentes pero íntimamente continuistas unas de otras, sus consecuencias sociopolíticas, etc. La historia de las religiones -de todas, no de la católica exclusivamente-, las religiones comparadas -no el catecismo de una sola, que eso no es materia escolar sino pauta de adoctrinamiento que debería reservarse al seno de la familia y de los centros de cada religión-, es un conocimiento tan valioso como fundamental tanto para el creyente como para el ateo. Aunque, no seamos ingenuos, a la Iglesia católica en particular no le interesa nada formar en materia de religión, lo que ella pretende y hace en los centros escolares es proselitismo, adoctrinar de forma excluyente en base a su catecismo.

[iv] Victoria Camps, catedrática de Ética y, en ese momento, senadora; Enrique Miret Magdalena, conocido teólogo católico; María Martínez Vendrell, psicóloga; y Joaquín Navarro Esteban, magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid.

[v] Lo dramático del caso no sólo es el abuso de poder sino quién lo ha ejercido. La represalia fue ordenada desde el arzobispado de Barcelona, institución a la que La vida sexual del clero dedica dos capítulos documentando irrefutablemente que los cardenales Narcís Jubany y Ricard María Carles, y los obispos Carles Soler, Jaume Traserra y Joan-Enric Vives, conocieron las agresiones sexuales cometidas contra menores y adolescentes por un grupo de diáconos y sacerdotes de su diócesis pero los encubrieron impidiendo su persecución judicial; y permitiendo incluso la ordenación sacerdotal de los diáconos implicados. A raíz de la publicación del libro, este caso motivó una interpelación parlamentaria y está siendo investigado judicialmente.

[vi] Son modélicos, por ejemplo, los panfletos firmados por Javier Tusell (La Vanguardia, 31-3-95, p. 41), Javier Azagra (La Opinión de Murcia, 1-3-95, p. 4) y Pedro Miguel Lamet (Diario 16/Culturas, 6-5-95, p. 19). La sinuosa fidelidad ideológica del señor Tusell es suficientemente conocida como para evitarnos cualquier comentario. La airada reacción de los otros dos tuvo un motivo más evidente y noble, el de la defensa propia: el obispo de Cartagena Javier Azagra aparece en un capítulo del libro como encubridor de los abusos sexuales cometidos a mujeres por Jesús Madrid, sacerdote y director del Teléfono de la Esperanza de Murcia; el señor Lamet, un sacerdote poco amigo de las obligaciones del celibato, era en esos días el director de la revista A vivir, editada por el Teléfono de la Esperanza.

[vii] La triste anécdota sucedió el 21-9-96 en la conocida e inigualable iglesia barcelonesa de Santa María del Mar. El autor tenía que presentar el concierto de canciones de cuna tradicionales que la cantante Mariona Comellas iba a dar en el templo, pero, al enterarse en el arzobispado, presionaron con fuerza para evitar mi presencia en la iglesia; el argumento esgrimido es que «después de haber publicado un libro contra la Iglesia a ese escritor se le ha prohibido totalmente la entrada en las iglesias». Al arzobispo Carles se le habría olvidado comunicarme oficialmente tamaña majadería, claro está. El párroco de Santa María del Mar, sin embargo, hizo caso omiso y pude tener el honor de presentar el concierto tal como estaba previsto.

[viii] En debate radiofónico celebrado el día 29-10-96, de 11 a 12 horas, en RPD-Antena 1 de Lisboa (programa de Carlos Pinto Coelho).

[ix] Cfr. López, R. (1996, septiembre, 28). Méyer: “Yo no soy quién para cerrarle la boca a los contertulios”. El País.


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No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino al contrario, su ser social es el que determina su conciencia. (Karl Marx)

mikij1

Re: Cada día entiedo menos

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joer pablo, pareces saberte muy bien lo que dice la iglesia católica sobre esos temas.
Te puedo asegurar que yo no tengo ni puta zorra idea, porque ni me interesa, de lo que dice la biblia acerca de los castigos a niños, los homosexuales, la pena de muerte, los exclavos, los pobres o la madre del cordero. Tu si que parece que te chapaste bien la biblia :P

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Pastranec
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Re: Cada día entiedo menos

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mikij1 escribió:"Pero en los últimos tiempos están entrando en este foro auténticos cafres, gente que dice ser atea pero que defiende la pena de muerte..." y que pasa? ser ateo es imcompatible con estar a favor de la pena de muerte?
Tanto molesta la gente que no opina como tu?
Ahora resulta que todos los que opinan diferente o "politicamente incorrecto" son considerados trolls.
Y que conste me he dado por aludido por el punto ese en cuestión de la pena de muerte.
Si molestan mis opiniones no escribo más pero entonces propongo que, directamente, se prohiba abrir hilos en los que una opinión sea considerada trollesca. Por ejemplo ese mismo hilo de "pena de muerte (si, no o por qué)? si el contestar si va a ofender a la peña y te van a considerar troll pues leñe! que cierren el hilo directamente y asi ya no hay problemas...
Lo mismo digo con el resto de hilos.
No me molesta la gente que no opina como yo, me molesta la gente que para dar su opinión comienza insultando, sigue insultando y termina insultando, como haces tú, y me molestan los que quieren hacer pasar por opinión cualquier chorrada que se les pasa por la cabeza, sin haber reflexionado en lo más mínimo lo que eso significa, como haces tú.
Interroga mundum. Nulla vita sine scientia, nulla vita sine studium.
Carpe diem
Sapere aude

mikij1

Re: Cada día entiedo menos

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Pastranec escribió:
mikij1 escribió:"Pero en los últimos tiempos están entrando en este foro auténticos cafres, gente que dice ser atea pero que defiende la pena de muerte..." y que pasa? ser ateo es imcompatible con estar a favor de la pena de muerte?
Tanto molesta la gente que no opina como tu?
Ahora resulta que todos los que opinan diferente o "politicamente incorrecto" son considerados trolls.
Y que conste me he dado por aludido por el punto ese en cuestión de la pena de muerte.
Si molestan mis opiniones no escribo más pero entonces propongo que, directamente, se prohiba abrir hilos en los que una opinión sea considerada trollesca. Por ejemplo ese mismo hilo de "pena de muerte (si, no o por qué)? si el contestar si va a ofender a la peña y te van a considerar troll pues leñe! que cierren el hilo directamente y asi ya no hay problemas...
Lo mismo digo con el resto de hilos.
No me molesta la gente que no opina como yo, me molesta la gente que para dar su opinión comienza insultando, sigue insultando y termina insultando, como haces tú, y me molestan los que quieren hacer pasar por opinión cualquier chorrada que se les pasa por la cabeza, sin haber reflexionado en lo más mínimo lo que eso significa, como haces tú.
Por favor dime en que momento yo he insultado sin que antes me insultaran a mi.
Respecto a lo de la reflexión... no se a que te refieres exactamente.

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Vitriólico
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Re: Cada día entiedo menos

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mikij1 escribió:...
Ahora resulta que todos los que opinan diferente o "politicamente incorrecto" son considerados trolls.
Y que conste me he dado por aludido por el punto ese en cuestión de la pena de muerte.
Si molestan mis opiniones no escribo más pero entonces propongo que, directamente, se prohiba abrir hilos en los que una opinión sea considerada trollesca. Por ejemplo ese mismo hilo de "pena de muerte (si, no o por qué)? si el contestar si va a ofender a la peña y te van a considerar troll pues leñe! que cierren el hilo directamente y asi ya no hay problemas...
¡Hombre! ... ¡no te pongas así! ... que a lo mejor Pastranec no te considera del grupo de los trolles sino del de los que tienen la cabeza mal amueblada.
Y eso tiene solución: unas sillas eléctricas por aquí, unas salidas de armario por allá, un poco de Puerta del Sol por acullá ...
Si pretendes razonar sobre religión con un creyente piensa que, si pudiera razonar sobre ello, ... ¡no sería creyente!

"La primera vez que alguien te engaña, es culpa suya. La segunda, tuya.".
(Proverbio árabe).

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Tontxu
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Re: Cada día entiedo menos

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mikij1 escribió:"Pero en los últimos tiempos están entrando en este foro auténticos cafres, gente que dice ser atea pero que defiende la pena de muerte..." y que pasa? ser ateo es imcompatible con estar a favor de la pena de muerte?
Tanto molesta la gente que no opina como tu?
Ahora resulta que todos los que opinan diferente o "politicamente incorrecto" son considerados trolls.
Y que conste me he dado por aludido por el punto ese en cuestión de la pena de muerte.
Si molestan mis opiniones no escribo más pero entonces propongo que, directamente, se prohiba abrir hilos en los que una opinión sea considerada trollesca. Por ejemplo ese mismo hilo de "pena de muerte (si, no o por qué)? si el contestar si va a ofender a la peña y te van a considerar troll pues leñe! que cierren el hilo directamente y asi ya no hay problemas...
Lo mismo digo con el resto de hilos.
¡Coño, no sabía!..., ¿también estás a favor de la pena de muerte?, joder tío, no te falta de nada. No sólo eres un clasista y acérrimo defensor del cotarro fascista del Valle de los Caídos, insultón de los parados de este país, soez, prosaico, utilitarista y algunos más “istas”, sino que a su vez lo aderezas todo con el ¡Viva a la muerte!, al mejor estilo de Millán-Astray (mira en la Wiki). Te lo apunto, porque como bien dices, no tienes ni puta idea de historia.
Tienes razón, el hilo de la pena de muerte se creó especial para ti, para insultarte. Fatuo y además consentido.

Para ser tan idiota (en el sentido griego del término), te das demasiada importancia, al menos para mi gusto. Defiende lo que te salga de la entrepierna, pero no se te ocurra volver a insultar.
Me pasaré por el hilo de la “pena de muerte”, aunque antes presiento que me tendré que preparar una infusión de menta contra las nauseas.


PD: Estimado Pastranec, ahora entenderás mucho mejor mi sentencia habitual para estos casos, “prefiero a un creyente de izquierdas que a un ateo de derechas”. Salud y República.
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder

mikij1

Re: Cada día entiedo menos

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Adelante insúltame lo que quieras Tontxu si así te sientes mejor.

A mi me da pena la gente ignorante que aun cree en esos cuentos de "izquierdas" y "derechas" pero más pena me da aun los que se consideran de izquierdas. Van de chupiprogres y dan un ascazo que para que...

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Shé
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Re: Cada día entiedo menos

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Y tú te quejas de que alguien te insulte?

Deberías leer lo que escribes como si fuera dirigido a ti.

Luego, estudiar un poco de historia, leer un poco más los periódicos (con mucho espíritu crítico), aprender a discernir la demagogia de las ideas, enterarte de lo que se cuece en las altas esferas financieras del planeta, ir pensando lo que escribes antes de enviarlo...

Vamos, que en quince o veinte años tendrás autoridad -si te pones ahora mismo y te aplicas a fondo- para sentir pena por los demás.
Por un mundo más libre y con menos hipocresía, asóciate: https://iatea.org/asociarse.php

mikij1

Re: Cada día entiedo menos

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No se que tiene que ver ni la historia ni las altas esferas financieras del planeta para que se me insulte ni se respete mi opinión.
-Alguien abre un hilo acerca de qué se debería hacer con el Valle de los caídos. Doy mi opinión, creo que, además, muy respetable que es despolitizarlo y que sea un monumento para todo el mundo... se me insulta.
-Alguien abre un hilo pidiendo opiniones a favor o en contra de la pena de muerte... doy mi opinión y se me insulta. Para que narices se deja abrir el hilo si sólo se van admitir las respuesta de un signo?
-Alguien abre un hilo sobre la sobrepoblación. Yo doy mi opinión y salen algunos diciendo que si yo me meto con los parados (cuando era un mensaje *irónico) y que si miento al poner unas palabras de Costeau porque no las dijo... y si que las dijo (aporté suficientes pruebas que alguno no quiere ver).

Insisto: decidme en que mensaje yo he insultado a alguien sin provocación previa... en ninguno.

*Irónico significa, por si alguno no lo sabe, dar a entender lo contrario a lo que se dice. Para que quede claro.

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bukowski
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Re: Cada día entiedo menos

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mikij1 escribió:
Pastranec escribió:
mikij1 escribió:"Pero en los últimos tiempos están entrando en este foro auténticos cafres, gente que dice ser atea pero que defiende la pena de muerte..." y que pasa? ser ateo es imcompatible con estar a favor de la pena de muerte?
Tanto molesta la gente que no opina como tu?
Ahora resulta que todos los que opinan diferente o "politicamente incorrecto" son considerados trolls.
Y que conste me he dado por aludido por el punto ese en cuestión de la pena de muerte.
Si molestan mis opiniones no escribo más pero entonces propongo que, directamente, se prohiba abrir hilos en los que una opinión sea considerada trollesca. Por ejemplo ese mismo hilo de "pena de muerte (si, no o por qué)? si el contestar si va a ofender a la peña y te van a considerar troll pues leñe! que cierren el hilo directamente y asi ya no hay problemas...
Lo mismo digo con el resto de hilos.
No me molesta la gente que no opina como yo, me molesta la gente que para dar su opinión comienza insultando, sigue insultando y termina insultando, como haces tú, y me molestan los que quieren hacer pasar por opinión cualquier chorrada que se les pasa por la cabeza, sin haber reflexionado en lo más mínimo lo que eso significa, como haces tú.
Por favor dime en que momento yo he insultado sin que antes me insultaran a mi.
Respecto a lo de la reflexión... no se a que te refieres exactamente.
Pues con lo de la reflexión, lo primero que se me viene a la cabeza es cuando dijiste que con franco se vivía mejor que con zapatero. Te puede gustar mas o menos ese político, pero no puedes soltar esa burrada y quedarte tan pancho. O cuando dijiste que a un niño se le educaba como a un oso. O cuando argumentas la pena de muerte con lo del ojo por ojo diente por diente y porque así cuesta menos dinero al estado. Y así muchas mas. Si quieres que te tomemos en serio medita un poco antes de escribir. Solo te pedimos eso.
Todo el mundo debería creer en algo... yo creo que me tomaré otra copa .

mikij1

Re: Cada día entiedo menos

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De acuerdo Buko acepto las críticas. Me explico
En el caso de Franco - Zapatero era una crítica a este nefasto presidente que tenemos actualmente (aunque a algunos seguro que os gusta). No vivi la época de Franco. Quizás me comparación fue desafortunada. Lo siento.
Lo del niño con el oso... joe, era una forma de hablar una comparación exagerada (no me acuerdo del nombre que recibe este recurso lo siento).
Y en lo de la pena de muerte sólo exponía una de las ventajas que tiene pero no lo ponìa como justificación primaria. No estaba diciendo que hay que matar para ahorrar dinero.

Pero en ninguno de esos puntos insulté a nadie. Sólo me he metido con Tontxu y Pablo80 despues de que ellos me insultaran primero.

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Tontxu
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Re: Cada día entiedo menos

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mikij1 escribió:Adelante insúltame lo que quieras Tontxu si así te sientes mejor.

A mi me da pena la gente ignorante que aun cree en esos cuentos de "izquierdas" y "derechas" pero más pena me da aun los que se consideran de izquierdas. Van de chupiprogres y dan un ascazo que para que...
Yo no te estoy insultando, te estoy definiendo. Mira…, para dejarlo más claro; eres idiota, soez, prepotente, ignorante, falaz y un fascista confeso y para más inri te crees superior, o sea, nazi. Lo que no acabo de comprender es en qué te basas para creerte de tal guisa. Te lo comento porque nada de lo que has expuesto tiene el mínimo interés, salvo para alabar la represión franquista, la pena de muerte y un sin fin de despropósitos que pudieran estar perfectas en una página de militancia fascista. Lo que no logro entender es como se consiente en este foro arengas a favor de semejante ideario.

Ya sé, soy un ignorante y creo en cuentos de hadas y en los pitufos. Ya sabes, mal de muchos consejo de imbéciles. Tus penas me la traen al pairo, así como tus alegrías.
Estoy con la infusión de menta contra las nauseas, aunque y para ser sinceros, lo que más me gustaría en estos momentos es tenerte enfrente. Tranquilo chaval…, que no soy nada violento, no como los de la Yo no te estoy insultando, te estoy definiendo. Mira…, para dejarlo claro; eres idiota, soez, prepotente, ignorante, falaz y fascista y para más inri te crees superior. Lo que no acabo de comprender es en qué te basas para creerte de tal guisa. Te lo comento porque nada de lo que has expuesto tiene el mínimo interés, salvo para la ciencia psiquiatría.

Ya sé, soy un ignorante y creo en cuentos de hadas y en los pitufos. Ya sabes, mal de muchos consejo de imbéciles. Tus penas me la traen al pairo, así como tus alegrías.
Estoy con la infusión de menta contra las nauseas, aunque y para ser sinceros, lo que más me gustaría en estos momentos es tenerte enfrente. Tranquilo chaval…, que no soy nada violento, no como los que lucen la esvástica. Pero estoy seguro que todo esto que afirmas no te atreverías a decirlo a la cara.
Personajillos como tú y así de mediocres he conocido muchos en mi vida y se dé qué pié cojeáis, la cobardía y el miedo es vuestra razón de existir, todo os asusta, todo os altera, todo os solivianta. Os arropáis en la estulticia, en la banalidad de vuestra peregrina vida donde anida lo superficial, captáis el continente pero obvias el contenido, porque no dais más de sí. Donde no hay, nada se puede sacar.
Alabáis lo superficial, ponéis un lacito rosa al envoltorio y a eso lo llamáis arte, aunque la cajita esté vacía, porque lo importante es el envoltorio. Así os luce el pelo.

"Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde." Francis Bacon.
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder

mikij1

Re: Cada día entiedo menos

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Tontxu estás mal de la azotea simple y llanamente. Creo que lo que te fastidia es que defiendo la pena de muerte contra terroristas y a lo mejor eso no te ha hecho gracia... a saber porqué.

Y ahora... ¿esos insultos que me ha dedicado no son merecedores de baneo?

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Tontxu
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Re: Cada día entiedo menos

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mikij1 escribió:No se que tiene que ver ni la historia ni las altas esferas financieras del planeta para que se me insulte ni se respete mi opinión.
-Alguien abre un hilo acerca de qué se debería hacer con el Valle de los caídos. Doy mi opinión, creo que, además, muy respetable que es despolitizarlo y que sea un monumento para todo el mundo... se me insulta.
Eres un mentiroso convulsivo y esto no se puede permitir. El que empezó insultado fuiste tú, llamando talibanes a los que queremos saber quiénes están allí enterrados y reivindicamos una sociedad laicista. Fuera símbolos religiosos de los espacios públicos. Revisa los hilos y deja de llorar que pareces una vieja plañidera, apechuga como un hombre y pide disculpas. Cretino arrogante, eso es lo que eres, y encima un llorón.
-Alguien abre un hilo pidiendo opiniones a favor o en contra de la pena de muerte... doy mi opinión y se me insulta. Para que narices se deja abrir el hilo si sólo se van admitir las respuesta de un signo?
Porque tu opinión es preconstitucional y por tanto no acorde con la ley. Si tú tienes derecho a predicar la pena de muerte, los demás tenemos el mismo derecho (y sin matar a nadie) a decirte que eres un nigromante asqueroso y además te sitúas fuera de la ley. ¿De qué cojones te quejas?, los que no tenemos que quejar somos nosotros.
¿Quieres acaso comparar un insulto a mandar a alguien a la silla eléctrica?, es esto proporcional, eres el juez de la horca, tú no tienes medida.

-
Alguien abre un hilo sobre la sobrepoblación. Yo doy mi opinión y salen algunos diciendo que si yo me meto con los parados (cuando era un mensaje *irónico) y que si miento al poner unas palabras de Costeau porque no las dijo... y si que las dijo (aporté suficientes pruebas que alguno no quiere ver).
No mentiste, lo que hiciste fue no rectificar y sigues sin hacerlo, porque eres un estulto que no sabe reconocer cuando mete la pata. Esas palabras nos las pronunció el comandante Cuosteau, entérate de una puñetera vez.
Insisto: decidme en que mensaje yo he insultado a alguien sin provocación previa... en ninguno.

*Irónico significa, por si alguno no lo sabe, dar a entender lo contrario a lo que se dice. Para que quede claro.
Encima manipulador. Te vuelvo repetir lo anterior, tú empezaste a insultar, revisa los hilos. El resto vino por añadidura.

La ironía es la figura mediante la cual se da a entender lo contrario de lo que se dice. En el lenguaje escrito, la intención irónica se explicita con un signo de exclamación encerrado entre paréntesis, mediante comillas, con un emoticono, etc.; aunque también existe un signo de ironía propiamente dicho (؟), propuesto en el s. XIX por el poeta francés Alcanter de Brahms, que sin embargo no logró extender su uso, hasta el advenimiento de internet, cuando se comienza a usar en chats instantáneos como luterking. Son numerosos los casos en los que la ironía se manifiesta, puede haber una situación irónica, un lugar irónico, un día irónico...Wikipedia.
Este no es tu caso. Lo tuyo fue una sentencia que después fue agravada asegurando que los parados eran fruto de la sobrepoblación. Menudo pensamiento.
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estintobasico
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Re: Cada día entiedo menos

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mikij1 escribió:Tontxu estás mal de la azotea simple y llanamente. Creo que lo que te fastidia es que defiendo la pena de muerte contra terroristas y a lo mejor eso no te ha hecho gracia... a saber porqué.
Y ahora... ¿esos insultos que me ha dedicado no son merecedores de baneo?
A ver, no he intervenido antes porque tus comentarios no solo no me interesan una mierda sino que además me repugnan. Pero no pudiendo reprimirme al leer estas indecentes palabras, te digo que como miembro de la asociación que está detrás de este foro que AQUÍ NO SE TE CONSIENTE este tipo de insinuaciones. ¿Está claro?

Moderadora, solicito el baneo inmediato de este individuo.
“Decirle a un ateo que respete la religión es como decirle a un negro que respete el KU KLUX KLAN" Andre Oliver

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